EL GRIAL: DEL
MITO A LA REALIDAD
Por Philip
Coppens
(Extraído de la
introducción a Servants of the Grail)
La historia del
Grial se inicia con un joven, Perceval, que se encuentra con unos caballeros y
se da cuenta de que quiere ser uno de ellos. A pesar de las objeciones de su
madre, el muchacho obtiene el título de caballero y comienza una serie de
viajes. En uno de ellos, se encuentra con el Rey Pescador, que le invita a
alojarse en su castillo. Estando allí, es testigo de una extraña procesión en
la que hombres y mujeres jóvenes llevan magníficos objetos de una cámara a
otra, pasando por delante de él entre plato y plato de la comida.
El primero que
escribió sobre el Grial fue Chrétien de Troyes, quien no definió la naturaleza
del propio Grial. Autores posteriores, como Robert de Boron, lo identificaron
con una reliquia cristiana, normalmente como la copa usada durante la Última
Cena. Sin embargo, el autor alemán Wolfram von Eschenbach escribió poco después
su libro sobre Grial, Parzival, en el
que afirmó que los autores anteriores habían cometido graves errores en sus
narraciones, y describió el Grial como una piedra que había caído del cielo, y
que tenía cualidades sobrenaturales, otorgaba longevidad a los que estaban
cerca de él, atraía el agua.
Parzival ocupa una posición única en la literatura
del Grial, pero todavía se ve como una obra de ficción. Wolfram declaró que los
personajes retratados como poseedores del Grial eran personas reales, cuyos
nombres e historias figuraban en documentos latinos que le habían transmitido
sus fuentes. Por otra parte, Wolfram no escribía ficción, y afirmar que Parzival no es más que una obra de
ficción, por lo tanto, necesita una explicación de por qué Wolfram se apartó de
sus escritos de no ficción para introducirse en la literatura de ficción.
Hay más de 600
nombres en Parzival y su secuela Titurel combinados, dando lugar a una de
las ruedas de identificación más largas de la historia. Sin embargo, como es
generalizada la creencia de que estamos ante una invención literaria de
Wolfram, cualquier identificación con personajes históricos parece inútil.
La mayoría de
los que, pese a todo, han intentado esa identificación, han tratado de
encontrar correspondencias con los reyes y nobles de Aragón. Esto es
interesante, porque Guyot de Provins, uno de los principales candidatos para el
papel de Kyot de Provence, tenía fuertes vínculos con Aragón. Guyot escribió
acerca de los reyes de Aragón, que eran sus protectores magnánimos: su patrón
era Alfonso el Casto, Alfonso II, hijo de Alfonso I (1104-1134), que liberó
Zaragoza de la dominación musulmana en 1118.
Tomando esto
como punto de partida, el estudioso suizo André de Mandach comenzó su
investigación, que desembocó en la primera publicación de su trabajo en 1992,
en el que defendía la existencia de un "Ur-Parzival". De Mandach
intuyó no sólo que el relato de Wolfram podría estar basado en hechos reales,
sino además que la leyenda fue tal vez escrita en código. La clave para
desbloquear este código, suponía De Mandach, subyacía en la historia de los reinos
españoles del norte, en el período de 1104 a 1137 ¿No es una grata coincidencia
que Flegetanis, la enigmática "primera fuente" de la que Wolfram
declaró que obtuvo su información, sea un nombre familiar en el Ampurdán, la
región española en el norte de Cataluña?
El Código del
Grial
De Mandach se
dio cuenta de que la clave para descifrar el código estaba en los apellidos
"honorarios", los apodos, que eran una tradición popular en España y
en el Islam desde el siglo VII. De hecho, la práctica se extendió tanto que se
exportó a otras partes de Europa Occidental, con reyes llamados "el
Bueno", "el Justo", etc.
Sostuvo que
Amfortas, identificado como un rey, era por lo tanto Rey "X"
Amfortas, teniendo que ser sustituida esa "X" por un nombre como
Alfonso, Raymond, u otro nombre familiar en la época. Este enfoque es mucho más
directo que la mayoría de los intentos de otros investigadores, que han tratado
de explicar que Amfortas podría provenir del francés antiguo "enferté
(z)", que a su vez derivaría del latín, "infirmitate (m)". Tal
razonamiento es indirecto, en el mejor de los casos.
Alfonso I de
Aragón
Este enfoque
permitió a De Mandach identificar a este personaje como el rey Alfonso I de
Aragón, quien fue llamado "Anfortius". De hecho, es así de simple: Amfortas
era Anfortius. Se le identifica como tal en numerosas ocasiones, incluyendo en
su testamento. Fue conocido como "Anfors". Monedas acuñadas durante
su reinado lo identifican como "ANFUS REX", algunas de estas monedas
tienen Toletta (Toledo) en el reverso. Sólo sobre esta base, es evidente que De
Mandach acababa de descifrar el código. La pregunta es por qué hasta 1992 nadie
le prestó atención. Y por qué tan pocos han reconocido esta contribución. Tal
vez la razón se puede encontrar en el hecho de que De Mandach escribió para un
público científico, que veía grandes dificultades para aceptar la naturaleza
histórica del cuento del Grial.
Aunque los
escépticos podrían argumentar que "Anfortius" no es totalmente
idéntico a "Amfortas", debe recordarse que Anfortius era el
sobrenombre en latín, mientras que Amfortas parece su traslación al occitano –
tal como lo habría formulado Kyot el provenzal, occitanohablante. Pero la clave
para una decodificación con éxito no es encontrar la llave, sino comprobar si a
partir de ella todas las decodificaciones posteriores resultan fáciles,
sencillas, hasta que todas las piezas encajan en su lugar. Ésa es la
cuestión...
Porque si
Amfortas / Alfonso I es la clave, es el primo de éste, Rotrou II de Perche,
quien confirma que se ha descifrado el código. Rotrou II de Perche era el señor
de "Val Perche": Perche-Val ... de ahí Perceval. Y si Rotrou era
primo de Alfonso, Perceval era tío de Amfortas. Con Amfortas y Perceval como
sobrenombres de dos figuras históricas, cuya relación familiar era similar a la
relación descrita en el documento de Wolfram entre el Rey Pescador y Perceval,
el código del Grial se había descifrado.
Amfortas,
conocido por nosotros como Alfonso I el Batallador, nació en 1074 y fue rey de
Aragón y Navarra desde 1104 hasta su muerte el 6 ó 7 de septiembre de 1134. Era
un luchador formidable, famoso por una serie de victorias en el marco de la
"Reconquista", la recuperación para los cristianos de la España
invadida por los moros. Antes de su muerte, Alfonso I hizo testamento, dejando
su reino a los Caballeros Templarios, los Hospitalarios y los Caballeros del
Santo Sepulcro. Fueron los Caballeros Templarios los convertidos por Wolfram en
protectores del Grial – como lo era Amfortas. Por lo tanto, en Alfonso I
tenemos un rey – el Rey Pescador que posee el Grial en la historia de Wolfram –
que lega un tercio de sus tierras a la Orden del Temple – los protectores del
Grial.
Eso no es todo.
Cuando resultó mortalmente herido en batalla, ordenó ser transportado a San
Juan de la Peña, un viaje de dos días y 115 km. Murió allí. San Juan de la
Peña, de todos los lugares posibles, tiene una de las conexiones más fuertes
con la tradición del Grial. Según una tradición, aquéllos que estén en
presencia del Grial no morirán en los siguientes siete días. ¿Era ése el
verdadero propósito del regreso del rey a San Juan de la Peña? Es imposible de
probar, pero constituye una idea interesante.
Munsalvaesche
"En treinta
kilómetros a la redonda no se ha trabajado ni madera ni piedra para levantar
construcción, salvo una, rica en maravillas. Si alguien la busca, no la
encontrará; aunque muchos lo intentan. La visión del castillo debe ocurrir
involuntariamente. Supongo, señor, que usted sabe de él; Munsalvaesche, se le
llama. Este castillo custodia un reino llamado Terre de Salvæsche. Fue legado
por el viejo Titurel a su hijo, el rey Frimutel".
Hay muchas
posibilidades de que San Juan de la Peña sea de hecho el famoso Munsalvaesche,
la residencia del rey del Grial y el lugar donde se veneraba el Grial. Es, de
hecho, como la Iglesia Católica parece aceptar, el sitio donde una vez se
custodió el "Santo Cáliz", antes de que terminara en Valencia. Pero
aunque San Juan de la Peña es considerado a menudo como un monasterio, en realidad
era algo mucho más especial: también fue la residencia de los reyes de Aragón.
En 1071, el Papa
Alejandro II dispuso protección especial para el monasterio, que permaneció
bajo la autoridad papal y por lo tanto al margen de la bailía del Obispo de
Jaca – lo cual constituía una posición privilegiada para cualquier sitio
religioso. Significaba que San Juan de la Peña no podía ser controlado por las
habituales jerarquías eclesiásticas – sólo por el propio Papa. Esta situación
especial se reafirmó en 1095.
A lo largo de
este período, los reyes de Aragón, como Sancho el Mayor, Ramiro I, Sancho
Ramírez y Pedro I, continuaron favoreciendo el monasterio. Los tres últimos
pasaron la Cuaresma allí cada año y lo eligieron como lugar de enterramiento
para ellos y sus familias. Por tanto, San Juan de la Peña se convirtió en un
mausoleo real. Y si Amfortas era el Rey Pescador, San Juan de la Peña, su
capital, era Munsalvaesche.
El Rey Pescador,
Alfonso I de Aragón, hizo grandes donaciones a San Juan de la Peña. Atribuyó su
victoria cerca de Tauste a las reliquias de San Juan de la Peña. Él, al igual
que sus predecesores y sucesores, pasó temporadas en San Juan de la Peña,
especialmente la semana previa a la Pascua – la semana en que tuvo lugar la
procesión del Grial. Se sabe que Alfonso I también estuvo en San Juan de la
Peña en otras ocasiones, como en mayo de 1108, lo que implica que podría ser
una de sus residencias, y el Castillo del Grial.
Amfortas fue
llamado "Le Roi Pescheor", el Rey Pescador, debido a que pasaba tiempo
en lo que según Chrétien era un río, o un lago, según Wolfram. El río Aragón
fluye por el valle a los pies de San Juan de la Peña. Pero a sólo 200 metros
del nuevo monasterio de San Juan de la Peña solía haber un lago que era
conocida por sus muchos peces. Esta reputación se prolongó hasta bien entrado
el siglo XX, cuando el lago se secó en los 70 (se encontraba cerca del moderno
aparcamiento). Como Wolfram localiza el lago cerca de Munsalvaesche, San Juan
de la Peña, una vez más, se ajusta perfectamente a la descripción del trovador.
Wolfram además localiza Munsalvaesche en un bosque, y San Juan de la Peña se
halla en un bosque.
Sin embargo,
Wolfram sitúa Munsalvaesche en "Katelangen", Cataluña, mientras que
San Juan de la Peña se encuentra en Aragón. Esta aparente contradicción se
solventa si consideramos que cuando Wolfram estaba escribiendo su relato, San
Juan de la Peña era en cierto modo parte de Cataluña, después de que Ramiro II
dejase Aragón, y San Juan de la Peña, en manos de Ramón Berenguer IV, conde de
Barcelona: tras desposar a su única hija Petronila con el conde Ramón
Berenguer, Ramiro II de Aragón delegó en éste el poder, abandonó el ejercicio
de su cargo y se retiró a la vida religiosa que había llevado antes de su
entronización.
Además, incluso
la descripción de Chrétien de cómo Perceval llega al castillo del Grial
coincide con cómo se llega a San Juan de la Peña: hay que cruzar un río, a
continuación, un trayecto a través de un bosque, antes de llegar a una torre –
una torre "cuadrada", especifica Chrétien. La torre cuadrada del
Monasterio Viejo es de hecho lo que da a San Juan de la Peña su aspecto
característico. De Mandach también ha identificado otros detalles de la
historia de Chrétien que coinciden con San Juan de la Peña, tal como existía en
su época. Ello ha llevado a De Mandach a la conclusión de que Munsalvaesche, la
residencia del Rey del Grial, fue sin duda San Juan de la Peña, la residencia
de los reyes de Aragón y de Amfortas – Alfonso I.
La dinastía del
Grial
Estos hallazgos
iniciales condujeron a De Mandach a identificar a los demás personajes de la
historia del Grial. La dinastía del Grial es una serie de tres sucesores
masculinos: Titurel - Frimutel - Amfortas. Se corresponden con Ramiro I
(1035-1069), Sancho Ramírez I (1063-1094) y, finalmente, Alfonso I, reyes de
Aragón.
Wolfram inicia
la tradición del Grial con Titurel. Él es la persona clave que trae el Grial
del Este. Es Titurel, es decir, Ramiro I, quien transformó San Juan de la Peña
y lo convirtió en su residencia. ¿Coincidencia? Está claro que Ramiro debió
haber tenido una buena razón para transformar San Juan de la Peña; y ¿no es
interesante advertir que esa "buena razón" no aparece en la historia
oficial de por qué Ramiro decidió invertir tanto en este lugar? Pero con la
identificación de Ramiro I con Titurel, las narraciones del Grial podrían
realmente arrojar luz sobre un enigma histórico. ¿Fue San Juan de la Peña
transformado como lo fue para guardar allí el Grial?
Ramiro II
El hermano de
Alfonso I fue Ramiro II, quien en la narración del Grial aparece como
Trevrezent, el ermitaño que explica la historia del Grial a Perceval. Ramiro II
se casó con Inés de Poitiers. Inés era la sobrina de Felipe de Alsacia y
Flandes – el noble a quien Chrétien de Troyes dedicó su libro – y también el
hombre que dio a Chrétien el documento que éste convirtió en el primer relato
del Grial. El vínculo entre Aragón y el Grial de Chrétien queda así
establecido...
El sobrenombre
de Ramiro II fue, de hecho, "el Monje", ya que lo fue. Ramiro fue
obispo de Barbastro-Roda y obtuvo dispensa papal para abdicar de sus votos
monásticos con el fin de proporcionar sucesión al trono cuando su hermano murió
sin herederos. En realidad, una vez más, la historia y el relato del Grial se
superponen y la una proporciona información sobre el otro: Amfortas, del que se
sabe que sufría una enfermedad debilitante que le impidió tener descendencia,
había deseado hacer a Perceval su sucesor como Rey del Grial, puesto que sabía
que iba a morir sin herederos. Sin embargo, aunque Perceval sería el líder de
los defensores del Grial, y llevó a cabo su misión, en un nivel totalmente
mundano todo el mundo sabía que Rotrou II de Perche nunca heredaría el reino
terrenal de Aragón, y por lo tanto, Alfonso I había dictado un testamento en el
que repartía el reino entre las tres órdenes monásticas, que Wolfram identificó
como los protectores del Grial.
Sin embargo,
como la voluntad de "Anfortius" fue impugnada, su hermano Ramiro II
fue inducido a anular sus votos religiosos y a casarse, para dar un heredero
legal al reino de Aragón. Así lo hizo.
Coronado rey,
Ramiro II casi inmediatamente tuvo que luchar contra Alfonso VII de Castilla,
quien fue uno de los que reclamaron la corona aragonesa. Su reinado duró
exactamente tres años: se casó con Inés de Poitiers en 1134, tuvo un hijo con
ella, Peroniella, o Petronila en latín, y luego concedió su mano a Ramón
Berenguer IV de Barcelona, conocido como Kyot de Katelangen en el relato del
Grial. Su apodo era de hecho "el pequeño Guillaume" o
"Guiot", o Kyot en occitano: Kyot de Katelangen, pequeño Guillermo de
Cataluña. Entonces Ramiro II abdicó en su hija y volvió a su vida monástica.
Advirtamos que
el Rey Pescador tenía una herida grave en la pierna, que le afligía mucho. Peter
L. Hays en El héroe lisiado afirma
que la herida, en Parzival, es un
lanzazo en los testículos, un castigo divino por la negligencia del rey en su
misión sagrada, el Santo Grial.
Mucho se ha
escrito acerca de este simbolismo, identificando al Rey Pescador con dioses de
la fertilidad y afirmando que sus heridas son símbolos de cómo su tierra se ha
convertido en una "Tierra Baldía". Pero entre decenas de capas de
interpretación simbólica, parece que nadie pensó en preguntarse si realmente
podría haber sido una narración genuina, histórica. De hecho, Alfonso I como
rey no tuvo descendencia – no tuvo herederos. Esto provocó gran preocupación en
el reino, ya que no había sucesor al trono – y, al final, fue su hermano quien
tuvo que romper su voto de castidad para garantizar un heredero al trono.
Fueron sin duda tiempos de prueba para Aragón, el "reino del Grial".
Alfonso I era un
guerrero, y una herida en batalla que ocasionase infertilidad sin duda habría
sido una posibilidad – aunque si hubiera sido de conocimiento público, es otra
cuestión. Una de las funciones principales de un rey es la procreación. Rumores
o certezas de que el rey es incapaz de tener descendencia, podrían ser
peligrosos: el pueblo perdería confianza en él y otros candidatos al trono podrían
reunir tropas para invadir Aragón. Esto es exactamente lo que sucedió cuando el
rey murió y otro pretendiente al trono consideró que tenía más derechos que el
hermano del rey.
Aunque no
sabemos la causa exacta de la incapacidad de Alfonso I para procrear, sí
sabemos que casó con la reina Urraca en 1107; a menudo se afirma que en el
matrimonio no hubo amor; Alfonso I es descrito como un soldado, incapaz de dar
amor, incluso se dice que maltrataba a su esposa. Pero el matrimonio tenía un
propósito específico: dar un heredero a la corona. La posibilidad de no
procrear – y el hecho de que Alfonso no parecía interesado en las mujeres –
podría tener que ver con el hecho de que el rey fuera infértil – mutilado hasta
el punto de que cualquier actividad sexual podría haber sido dolorosa, en el
mejor de los casos, o imposible, en el peor. Y así nos encontramos con que el
cuento del Grial y la historia una vez más caminan de la mano, uno capaz de
aportar información sobre la otra.
El Grial Español
Según Wolfram,
la historia del Grial tuvo sus orígenes en España, que es de donde proceden sus
fuentes, inventadas o no. El profesor de historia Joseph Goering, canadiense,
ha localizado varias iglesias en Aragón que tienen frescos de la Virgen María
sosteniendo un luminoso Grial. Goering destaca que la rareza de esta
representación es doble. En primer lugar, la zona en la que la Virgen se
representa con un Grial es muy pequeña. En segundo lugar, fue representada con
el Grial cincuenta años antes de que Chrétien escribiera su relato – cuando el
Grial aún no había sido oficialmente inventado como un "recurso
literario".
El primer
ejemplo de un fresco que representa a la Virgen con un Grial data de diciembre
1123 y es una pintura en el ábside de la iglesia de San Clemente en Taüll.
Aquí, el Grial es un objeto similar a un plato, lleno con un material de color
rojo-naranja del que surgen rayos, como si el recipiente estuviera caliente.
Goering señaló que la posición de la Virgen sosteniendo este Grial en la mano
izquierda, el resto de su brazo oscurecido por su capa azul, y haciendo un
gesto con la mano derecha, es igualmente único en la iconografía.
Goering llegó a
la conclusión de que "la imagen de la Virgen que sostiene un vaso sagrado
se encuentra sólo aquí, en estos pueblos de montaña, y en ninguna otra parte en
el arte cristiano antes de esta época", y agregó que "la Virgen al
frente del colegio apostólico es un tema artístico poco común, y María
sosteniendo una vasija de cualquier tipo no parece estar atestiguada en ninguna
otra parte en el arte cristiano anterior a este tiempo".
Estas pinturas
fueron hechas en un momento en el que Chrétien aún no había escrito sobre el
Grial, y casi un siglo antes de que De Boron vinculara el Grial con la
imaginería cristiana. Así que ¿de dónde obtuvo este pintor su inspiración? La
respuesta parece tan directa como simple: este tipo de imagen era específica de
la región, así que debe haber representado un tema que sólo era popular en esa
región.
La pregunta, por
supuesto, es por qué la Virgen María es representada al frente del grupo de los
apóstoles y como portadora del Grial. Goering no tiene una respuesta clara. ¿Es
posible que estas pinturas murales fueran el primer intento, realizado en el
centro de la tierra del Grial (es decir, Aragón), para ver si se podría
introducir una nueva imagen en la iconografía religiosa, a saber, la de la
Virgen con el Grial? ¿Por qué la Virgen María? Porque era una virgen... y, por
supuesto, en la tradición del Grial, el portador del Grial tenía que ser
virgen. Por lo tanto, la Virgen María se convirtió en la Portadora del Grial.
Así, en al menos
ocho iglesias pirenaicas, todas ubicadas dentro de un área pequeña, que abarca
desde la antigua frontera entre Aragón y Cataluña al oeste, hasta el principado
de Andorra, al este, todas datadas en la misma época (ca. 1100-1170), se
introdujo un tipo único de icono religioso. Al final, no llegó a extenderse, y
fue abandonado antes de que Chrétien comenzase su libro sobre el Grial.
En su análisis
de estas pinturas, Goering va más allá, señalando que estas iglesias fueron
decoradas en un periodo en el que el obispo fue un Raymund de origen francés,
pero invitado en 1101 a la corte del rey Pedro I de Aragón y elegido como
obispo de Roda – al parecer, para sorpresa de todos. El hijo de Pedro, Alfonso
I, mantuvo estrecha relación con el obispo Raimundo, desde 1114 hasta la muerte
del prelado por heridas recibidas cuando acompañaba a Alfonso en una atrevida
incursión por Andalucía en 1126. El análisis histórico de Goering reveló que
Raymund y Rotrou II de Perche - Perceval - no sólo lucharon juntos, sino que
también aparecen citados juntos con frecuencia en cartas reales, "con
tanta frecuencia que uno podría suponer que una verdadera amistad se había
desarrollado entre los dos" y Goering añade que "Rotrou pudo incluso
haber estado con Raymond en su lecho de muerte".
La
identificación de una familia específica - los reyes de Aragón - y de lugares
específicos en el norte de España - San Juan de la Peña - demuestran que el
territorio del Grial era el reino de Aragón, al sur de los Pirineos.
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