lunes, 31 de marzo de 2014

IN FERNEM LAND...


In fernem Land,
unnahbar euren schritten,
liegt eine Burg,
die Montsalvat genannt...




En tierras lejanas,
inaccesibles para vosotros,
hay una fortaleza
llamada Montsalvat.

En su centro se encuentra
un majestuoso templo,
tan espléndido
que en la tierra nada existe
tan precioso como él.

En su interior
se guarda un cáliz
bendito y milagroso,
como bien más preciado.

Una corte de ángeles celestiales
lo trajo a la tierra
para que fuese custodiado
por los hombres más virtuosos.
Cada año una paloma
desciende del cielo
para infundir nueva fuerza
a su potencia.

Es conocido como Grial
y de él reciben los caballeros
la fe más pura y gloriosa.
Quien es escogido
para servir al Grial
recibe de éste un poder sobrenatural.
Contra él nada puede
la mentira del hombre malvado
y en su presencia
la noche de la muerte se desvanece.

Quien por él es enviado
a lejanas tierras
para defender la virtud,
no queda privado
de su sagrada fortaleza,
siempre que se ignore
que es un caballero del Grial.

Tan sublime es la gracia del Grial
que quien la descubra
deberá huir de las miradas profanas.
Por ese motivo no ha de formularse
duda alguna sobre sus caballeros,
puesto que si los reconocéis
deberán abandonaros...


Fui enviado a vosotros por el Grial.
Mi padre, Parsifal,
ciñe la corona.
Soy su caballero...
y mi nombre es Lohengrin.

(Wagner, Lohengrin, Acto III)